El viaje que me transformo: una estudiante por el mar.


Por Mia Simon

08 de mayo de 2015

En enero de 2014, la canadiense de 21 años Rebecca Isaak abordaró un barco en San Diego, California, ansiosa por empezar lo que sería un viaje de cinco meses alrededor del mundo. Ella estaba a punto de embarcar un semestre en el mar - un programa donde los universitarios viven y aprenden mientras va parando en puertos por todo el mundo - como su madre lo hizó en 1981. Y en muchos sentidos, zarpó esperando a tener una experiencia muy similar a la de su madre.

"Quería abrazar la misma estatua que ella abrazo en China, un poco demasiado alegre en Japón y  hacer las mismas amistades duraderas", dijo Isaak.

Pero mientras ella iba viajando a través del mar, se dió cuenta de que su viaje iba a ser muy diferente.


Un momento personal en el Taj Mahal

Una de las paradas más memorables de Isaak fue India. Porque mientras se resbalaba con sus zapatillas blancas protectoras para entrar en el Taj Mahal, un amanecer despertó sobre ella.

"En ése tiempo, yo estaba muy consciente del hecho de que de algo que mi madre se arrepintió de sus viajes fue no poder ver el Taj Mahal," dijo. "Y ahí estaba yo". 

El Palacio se veía igual que las fotos, pero la experiencia no fue nada como se imaginaba. El ambiente era caótico como la gente de afuera que trataban de venderle baratijas a ella. "Ellos gritan, empujan y te agarran del brazo," dijo la estudiante canadiense. Mientras escuchaba las familias chillar y gritar a su alrededor, ella se sentía abrumada y "no estaba absoluto en Serena" como ella había presumido que lo estaría.

El interior de la estructura fue una sorpresa también, pero de una manera más abrumadora. Isaak recuerda ver todos los detalles intrincados y delicados en el interior del monumento, como la piedra tallada en un mismo patrón encontrado en las paredes. Ella recuerda pensando que la construcción era masiva y bastante recargada mientras caminaba a través de los suelos de mármol.

Sin embargo, Isaak quedó más impresionada por las otras partes de la India. Ella prefería se sumergirse en el país y experimentar la vitalidad encontrada en la vida diaria de personas. De hecho, Isaak dijo, eran sus interacciones dentro de la comunidad lo que tuvo el mayor impacto.

En su primera y única noche en Nueva Delhi, India, un guía turístico divertido y serio demostró Isaak y sus amigos alrededor de una Sikh gurdawara. La guía se quedó hasta tarde para mostrar Isaak y sus amigos el "lugar santo" donde se guardan las escrituras Sikh. Los seguidores van al edificio para las ceremonias y para escuchar las lecturas o para compartir las comidas con gente de todas las denominaciones en el comedor. Se planeaban quedar solo durante cinco minutos, pero no se fueron hasta una hora más tarde. Los estudiantes estaban aprendiendo sobre el gurdawara, pero el guía también tuvo la oportunidad de aprender acerca de sus respectivas culturas.

"Definitivamente destacó en nuestro tiempo en la India, probablemente porque tuve la oportunidad de interactuar auténticamente con alguien del país," dijo Isaak.


Conocer a los lugareños

Haciendo un esfuerzo para interactuar con la gente del lugar se convirtió en un tema de Isaak. Sin esto, sintió que se estaba perdiendo de una parte fundamental de la experiencia. "Creo que me hizo sentir como que realmente no había experimentado el país, sólo lo había visto," dijo el nativo de Ontario.

En Vietnam, otro país que nunca había visitado su madre, Isaak descubrió Couchsurfing, una página web que conecta a los viajeros que buscan un alojamiento barato y nuevos amigos con los locales, nos dijo Isaak. Ella pasó tres días en Ciudad Ho Chi Minh, aprendiendo sobre su entorno y de las personas que en realidad vivían allí.

En primer lugar, conoció a un profesor de inglés local. Él la Llevó al primer  McDonald ' s que  construyeron en su país natal, y bebieron café helado en la banqueta de la calle. Isaak regresó el gesto asistiendo a su clase. "Tuve treinta estudiantes vietnamitas nerviosamente e hilarantemente haciéndome preguntas sobre Canadá y de cómo me sentía acerca de los niños vietnamitas", dijo.

Conoció a dos niñas - mejores amigas - que también tomaron la iniciativa para mostrar su  alrededor. Isaak de verdad disfrutó la experiencia, pero también se convirtió en nostalgia para sus amigos cuando regresó a casa. Ngan, otra nueva amiga dejó Isaak quedarse en su casa por dos noches. Ella introdujo a Isaak, la estudiante de teatro de Ontario,  con sus compañeros, le mostró su Universidad y le enseño a jugar bádminton con ella en los callejones.

"Corría al barco para bañarme y dejar las cosas - pero sentía que vivía en la ciudad," dijo Isaak. Su programa altamente sugiere que los estudiantes no emprendan excursiones por sí mismos porque esas experiencias no serían cubiertas por su seguro de viaje. El programa tampoco no sustentaba el couch-surfing o andar en motos, pero Isaak se deleita con en el hecho de que "hizo los dos".

El barco también paró en Myanmar durante seis días, otro lugar que madre de Isaak no visitó en su viaje. Un conflicto civil había que asolado la región desde hace décadas, fue lo que probablemente no permitió a su madre visitarlo, comentó Isaak. Los instructores se aseguraron de recordar a los alumnos que el país todavía se estaba ajustando a tener visitantes de otros lados.

Algunos amigos se unierón a Isaak y visitaron la antigua ciudad de Bagan durante cuatro días después de llegar a la capital del país, Yangon. El semestre en el programa mar permite a los estudiantes a disfrutar de tiempo "en el puerto", dándoles la oportunidad de explorar el país mientras regresen en un tiempo determinado.

Durante este viaje en particular, "encontramos las pagodas nos sentamos en las puntas largas y dejamos colgar nuestras piernas a un lado para ver la puesta de sol", dijo. En momentos como este, Isaak recuerda tener la sensación como si algo "ardiera en su alma", pues ella estaba abrumada por la emoción. "Yo sentía alegría por la abrumadora belleza y una reconfortante sensación de paz," dijo Isaak. "Como si de alguna manera éste maravilloso momento podría resolver todas las preocupaciones que había tenido."

Ella y sus amigos tuvieron pequeñas interacciones con la comunidad, pero fue más bien una experiencia de vinculación para el grupo de estudiantes. Vietnam siempre será especial, dijo Isaak, simplemente porque ella pisó un nuevo país por si sola.

"Ningún otro país rivalizaba Vietnam para mí", dijo.


Replicando la increíble aventura

En el transcurso de los cuatro meses, Isaak también visitó China, Hawaii, Japón, Singapur, Islas Mauricio, Sudáfrica, Ghana y Londres. El semestre en el programa de mar le enseñó cómo estar fuera de su zona de confort y a estar de acuerdo con el miedo hacia lo desconocido.

"Poco a poco, comencé a darme cuenta que incluso si viajaba por los pasos de mi madre, sus zapatos no cabían mis pies," dijo Isaak. Ella tenía que empezar a vivir por sí misma -y  no a la sombra de su madre.

Antes de su semestre en el mar, Isaak había fijado las expectativas. Pero el viaje le reveló que era diferente a su madre y que era hora de vivir su vida y tener sus propias aventuras.

"Cuando llegué a casa, bronceada y bastante calva y abracé a mi madre, y supe que tenía historias tan maravillosas y únicas como las suyas," dijo Isaak. "Y la mejor parte es que eran todas mías".

reportaje tomado de: www.bbc.com/travel (traducido al español)